El espíritu de los deportes, y más aún, de los juegos olímpicos, han sido tradicionalmente la amistad, la cooperación y el intercambio entre naciones. Sin embargo, en varias oportunidades han sido utilizadas con fines políticos.

En una oportunidad fueron usados por Hitler para mostrarle al mundo su teoría de "superioridad de la raza aria", o el famoso boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980. En ambos, el espíritu deportivo se vio obligado a doblegarse ante los intereses de países o grupos de países.

Es ahora el caso de los Juegos Olímpicos de Invierno, que están próximos a celebrarse en la Capital de la República Popular China, Beijing; ciudad que, por cierto, ha visto la celebración de uno de los mejores juegos olímpicos de la historia, según los conocedores, en el año 2008 (oficialmente denominados Juegos de la XXIX Olimpiada).

Estos, han sido politizados al "castigar" a los organizadores de los juegos por políticas internas (no es el momento de juzgar si las políticas son ciertas o no, así como la actividad como tal), en las que se indica que parte las delegaciones no participarían por las ya citadas políticas internas.

En esta ocasión, se garantiza la participación de los deportistas, sin embargo, lo que interesa no es el espíritu deportivo, sino hacer uso de la vitrina de los juegos para colocar titulares en los diarios mundiales vergonzosos del anfitrión, al Gobierno chino. Algo que pudiéramos definir como "cómodo".

El discutido tema de los Derechos Humanos debería ser algo muy bien definido por todos, no solo por los gobiernos, pues Dada su sensibilidad es comúnmente sujeto a interpretaciones particulares, descontextualizados desde la cultura, y tiempo e incluso desde su verdadero sentido: la vida humana y del humano.

Así, aunque Beijing halla destinado recursos para el éxito de la fiesta, ésta siempre quedará en la memoria por el boicot parcial de algunos por presuntas violaciones a los derechos humanos de ciudadanos chinos en la región autónoma de Xianjian, de origen étnico turco, los Yogurt.

Hasta la gran ciudad de Xian (depositarios de los llamados "guerreros de terracota") le fue quitado su confinamiento. Las ciudades cuentan con importantes restricciones de movilidad y reunión de cara al magno evento. Desde acá, solo podemos pedir respeto para el deporte y para su espíritu y que en estas nuevas guerras no quede tendido en la calle moribundo, como cuando hay disparo entre pandilleros y es el inocente el que paga el "plato roto".