Efecto contrario en EEUU., los aranceles impuestos por Donald Trump no están dándole los frutos deseados, además, sus amenazas de imponer impuestos a todas las importaciones de mercancías han traído como efecto un acelerado impulso en las compras.

En el mes de enero ya el déficit se situó en un punto récord, pero el mes de febrero sigue al mismo ritmo en comparación al mes anterior, según los datos proporcionado por la Oficina de Censo de EEUU., cuestión que muestra que esta política agresiva de Trump no ha sentado muy bien en la economía estadounidense.

El déficit se situó en unos 147.914 millones de dólares en el mes de febrero, esta cifra representa un aumento del 60% frente a los 92.309 millones en el mismo mes del año pasado.

Las exportaciones fueron por el monto de 178.599 millones de dólares, que son 4.312 millones más que el año pasado, pero las importaciones sumaron 326.513 millones de dólares, frente a los 266.596 millones del mes de enero del año anterior.

Es evidente que las importaciones superan por mucho a las exportaciones, arrastrado por los suministros industriales, destacando el petróleo, bienes capitales y de consumo. Dichos datos no fueron detallados ante la evolución de las importaciones, exportaciones y el déficit por país, estos datos podrían ser publicados posteriormente.

Además, otro elemento que afecta a la economía estadounidense son los aranceles impuestos por Trump, en su política comercial. Trump aplazó los aranceles contra Canadá y México, pero esto no pasó con los aplicados a China que, si entró en vigor del 10%, pero luego rectificó y indicó que quedaría por fuera los envíos por un monto menor a los 800 dólares, pero todos estos cambios a última hora provocaron un colapso aduanero con la improvisación y la falta de preparativos adecuados.

Al respecto, Trump pareciera que diera pasos hacia adelante y otros hacia atrás en torno a su guerra comercial, que ha iniciado contra el mundo entero. Todo esto muestra que no existe un verdadero plan a largo plazo, sino una improvisación preocupante si se tiene en cuenta el impacto en la economía mundial cada vez que Trump habla.

La fiesta sigue o por lo menos en la mente de Trump, que esta misma semana impuso aranceles por 25% a los países que le compren petróleo a Venezuela y otros 25% a las importaciones de automóviles no fabricados en EEUU.

La cuestión es el costo para la economía estadounidense que definitivamente sufrirá un aumento en dichos productos, no teniendo aún la capacidad de sustituir esas importaciones, y que se espera que no podría sustituirla en un mediano plazo, trayendo un aumento en la inflación interna, que pagaran los ciudadanos.

Además, ya se están sintiendo los efectos de las respuestas de todos estos países que han sido sancionados, a través de los aranceles de Trump, es irracional pensar que todos se van a quedar quietos, inmóviles; ante los ataques de EEUU., a sus economías que afectan la vida diaria de sus ciudadanos, a los que deben presentarles respuestas ante estos ataques de Washington.