La nación Inca nuevamente es sacudida por inestabilidad política, luego de que se produjeran enfrentamientos entre el Congreso y el "Premier".

De acuerdo con lo conocido en diversos medios de prensa y redes sociales, Héctor Valer, designado como primer ministro por el presidente de Perú, Pedro Castillo, tendría unas denuncias por maltrato familiar a su esposa (ya difunta) y a su hija.

Esta situación habría valido para ser declarado no apto para el cargo, según miembros del Congreso. Valer quiso hacer las aclaratorias del tema y solicitar un voto de confianza, pero no fue atendido por los congresistas.

Según Valer, estás acusaciones solo buscan desprestigiarle y crear ambientes de ingobernabilidad que afecten en gobierno, apenas incipiente de Castillo (solo 5 meses ha estado al frente del ejecutivo.

En vista de la situación, Castillo se vio obligado a presentar una alocución presidencial al pueblo peruano, en el que ofreció mayor apertura para la composición del gabinete del ejecutivo.

´Los desafíos que enfrenta nuestro país son enormes y requieren de la unidad y el compromiso de todos los peruanos", dijo Castillo, al tiempo de señalar que darán "apertura al resto de las fuerzas políticas".

Perú ha visto 4 presidentes y un congreso disuelto en 5 años, por lo que, según su alocución, Castillo pretende superar "el periodo de incertidumbre".

A pesar de esto, el enfrentamiento con el legislativo está en el ambiente, ya que la presidenta del Parlamento, María del Carmen Alva, ha indicado que las maniobras del ejecutivo van encaminadas a disolver el congreso (figura posible en las leyes peruanas en caso de dos rechazos de "votos de confianza" continuos).

"Somos los que vamos a luchar por la democracia, porque no queremos un gobierno comunista", señaló tajantemente Alva.

Con un pasado reciente bastante tortuoso, y con un presidente Castillo errático con muchos adversarios, Perú pareciera no pasar la página para sostener un crecimiento político y un afianzamiento político.

La semana que viene será un periodo crucial para la continuidad política de Castillo, que llegó al poder bajo la bandera del campesinado, con gran fuerza de base, pero, aparentemente, con un equipo insuficiente.