El pasado jueves 25 de febrero de 2021, la administración Biden, realizó su primer ataque despiadado en el este de Siria, “en contra de las infraestructuras de milicias respaldadas por Irán en Siria”, supuestamente, “las instalaciones eran utilizadas como parte de una operación de contrabando de armas”.

El gobierno estadounidense liderado por el demócrata Joe Biden, se quita el antifaz y demuestra su verdadera cara dando a entender que su forma de ejercer el poder de los EE.UU., no varía así cambie de líder; desde que Biden era candidato tenía ese objetivo en su agenda y ahora que asumió el 20 de enero, la cumple y enmarca su ruta en la política exterior abandonada por el ex presidente Donald Trump, con el deseo de recuperar el protagonismo mundial de la manera que sea con el fin de satisfacer a los poderes facticos.

Hay que resaltar que, Israel y Turquía mantienen fuertes nexos con los EE.UU., le hacen el complot a Siria, con el fin de obstaculizar los esfuerzos de Damasco para erradicar a los grupos insurgentes, claro los turcos e israelíes protegen a los terroristas, para impedir el avance del Ejército Árabe Sirio en Idlib y Alepo. De igual modo, en los últimos cuatro años, los turcos también han realizado dos invasiones no autorizadas en el norte de Siria para atacar las posiciones de los sirios acusados por Ankara de tener intenciones subversivas contra el régimen turco.

El gobierno Sirio apoyados por Irán y Rusia, buscan contener la influencia de esos grupos insurgentes y contrarrestar a su vez, el avance de Turquía, Israel y EE.UU., en la zona de conflicto, ya que los arietes de los estadounidenses buscan apoderarse de todos los recursos de Siria.

Por otro lado, según la agencia estatal de noticias (SANA) de Siria, a través de información del Ministerio de Defensa de Rusia, indicó que, “grupos terroristas (autoproclamado Frente Fath Al – Sham) en conjunto con los cascos blancos estaban preparando un ataque químico falso para difamar la imagen del Ejército sirio”. EE.UU., y sus aliados usan la superestructura mediática para persuadir y colocarlo en la palestra de los héroes del Medio Oriente.

El gobierno de los EE.UU., y sus aliados en el Medio Oriente, no les importan las denuncias de Rusia, Irán y China ante el Consejo de Seguridad; su objetivo férreo es recuperar el protagonismo mundial y brindarles mayor confianza a sus socios para expandir sus negocios en el mundo. La finalidad de toda esta batalla es por intereses geoestratégicos de quien se lleve la mayor parte.