La Unión Europea (UE) ha elevado la tensión en su disputa comercial con Estados Unidos al amenazar con imponer aranceles a productos como cigarrillos, papel higiénico y otros bienes de consumo provenientes del país norteamericano. La medida es una respuesta a los aranceles que Washington mantiene sobre el acero y el aluminio europeos, implementados durante la administración Trump y aún vigentes.

Antecedentes de la Disputa En 2018, el presidente Donald Trump durante su primera presidencia impuso aranceles del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio de la UE, alegando preocupaciones de seguridad nacional. Aunque ambos bloques llegaron a un acuerdo temporal en 2021 para suspender las represalias mutuas, las negociaciones para resolver el conflicto no han avanzado lo suficiente.

Productos en la mira, según fuentes cercanas a la Comisión Europea, la lista de productos estadounidenses que podrían verse afectados incluye:

Cigarrillos y tabaco. Papel higiénico y otros productos de papel. Maquinaria industrial. Determinados químicos y plásticos. Estos aranceles, que podrían alcanzar hasta el 50% en algunos casos, buscan presionar a EE.UU. para que elimine o reduzca sus barreras al acero y aluminio europeos.

Sin embargo, eso no queda solo ahí, la UE tiene previsto imponer aranceles a más de 400 productos estadounidenses, eso si las negociaciones no llegan a buen puerto durante estos 90 días de pausa, que la Casa Blanca dipo para un compás de negociaciones.

Al respecto, funcionarios europeos han reiterado que prefieren una solución diplomática, pero advierten que, de no haber avances, las medidas entrarán en vigor en los próximos meses. Por su parte, la administración Trump ha expresado su disposición al diálogo, aunque no ha anunciado cambios concretos en su política arancelaria.

Analistas económicos advierten que una escalada en esta disputa podría afectar a las cadenas de suministro y encarecer productos básicos en ambos mercados, en un contexto ya marcado por la inflación y las tensiones geopolíticas.

Mientras tanto, la UE mantiene su postura: "Estamos listos para actuar si es necesario, pero la puerta para negociar sigue abierta", declaró un alto funcionario europeo bajo condición de anonimato.