¿Qué hay detrás de esta crisis y por qué Francia es tan propensa a la protesta?

10 Septiembre, 2025
0Francia está sumergida en el caos. El movimiento "Bloquonstout" (Bloqueémoslo todo) ha escalado a nivel nacional, con bloqueos, incendios y enfrentamientos en las calles.
El detonante más reciente: la caída del gobierno de François Bayrou. Su plan de austeridad, que incluía recortes de 44 mil millones de euros y la eliminación de días festivos, fue rechazado en un voto de confianza.
Esto ha precipitado un cambio de gobierno con el nombramiento de Sébastien Lecornu como nuevo primer ministro. La oposición, especialmente de izquierda, ha anunciado una moción de censura en su contra, calificando su designación como una "bofetada para los votantes".
Las protestas son la respuesta de la calle a esta inestabilidad política y al rechazo a un plan de recortes que, según los manifestantes, afecta a los más vulnerables. Cientos de personas han sido detenidas en París, Nantes y otras ciudades.
El ministro del Interior, Bruno Retailleau, ha desplegado a más de 80,000 policías en todo el país, calificando los disturbios como un intento de crear un "clima de insurrección".
Pero la rabia no es nueva. Estos eventos se inscriben en un patrón de descontento que ha marcado la presidencia de Emmanuel Macron. Desde las protestas de los "chalecos amarillos" en 2018 hasta los disturbios por la reforma de las pensiones en 2023, la calle se ha convertido en un termómetro del hartazgo social.
La violencia de hoy, con negocios incendiados y barricadas, es una táctica que busca paralizar el país para ser escuchados. Un manifestante citado por Reuters dijo: "Es la misma mierda, el problema es Macron".
Los orígenes del movimiento "Bloquons tout" son tan variados como sus participantes. Surgió en redes sociales entre grupos de derecha, pero ha sido adoptado por la izquierda y la extrema izquierda, unificándose en el rechazo a la política económica del gobierno.
El contexto histórico es clave: la protesta violenta no es una anomalía en Francia, sino una herramienta histórica de cambio. Desde la Revolución Francesa hasta Mayo del 68, el pueblo ha usado la calle para negociar con el poder.
La situación actual es un reflejo de una profunda crisis de gobernabilidad. Macron se enfrenta no solo a un parlamento fragmentado, sino a una población que ha perdido la fe en el sistema político y ve en la protesta el único camino para defender sus derechos. El gran perdedor podría ser el sistema democrático francés, y el gran beneficiado, la extrema derecha, cuyo líder, Jordan Bardella, ya se ha posicionado de cara a futuras elecciones.
etiquetas: Política

Marvin Mijares Autor
Objetividad
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