Italia atropella la transición verde: metas 2030 en peligro por burocracia y altos costos

06 Septiembre, 2025
0Italia está tropezando de forma aparatosa en su carrera hacia una energía más limpia. Un estudio conjunto de Edison y el think tank TEHA Group revela que el país acumula un retraso de una década entera en el despliegue de energías renovables y sistemas de almacenamiento clave, lo que amenaza seriamente el cumplimiento de los objetivos europeos de reducción de emisiones para 2030.
El informe no oculta los desafíos principales, los permisos se eternizan, los costos de los proyectos solares son un 20 % más altos que en Francia, Alemania o España, y la congestión de la red frena cualquier impulso. Italia va detrás… muy atrás.
La parálisis no es solo económica, es territorial. El país posee un potencial estimado de 13.6 GW de energía hidráulica almacenada en 56 nuevos sitios, además de oportunidades en energía nuclear avanzada y tecnologías de captura de carbono. Eso podría traducirse en €190,000 millones adicionales al PIB hacia 2050. Pero para llegar ahí, debe desenredar su maraña burocrática.
La fragmentación política y regional convierte cada proyecto en una odisea. Lo que en otros países tarda años, acá se convierte en década. El CEO de Edison, Nicola Monti, ve el panorama con claridad, “Reducir nuestra dependencia energética foránea y apostar por cadenas de valor domésticas y europeas no es lujo, es urgencia estratégica.”
Además, los obstáculos van más allá de la inversión, la infraestructura de red necesita una inyección masiva. El operador Terna planifica inversiones por €23,000 millones hasta 2034 en mejoras como Tyrrhenian y Adriatic Link, vitales para trasladar energía del sur soleado al norte industrial. Sin embargo, inflación y tasas altas ya están atrasando estas obras.
El problema es doble, no solo hay retrasos, hay erosión de credibilidad. Italia ha instalado 6 GW de plantas solares grandes desde 2016 cuatro veces menos que sus vecinos. Sin estos parques, el país depende de paneles domésticos que, aunque útiles, no alcanzan la escala necesaria para cumplir con las exigencias del plan climático europeo.
Peor aún, la fragilidad climática puede dar el golpe final. Hasta el 83 % de la infraestructura limpia como paneles solares está en zonas con alto riesgo de daños por calor extremo o incendios forestales. No basta con instalar energía renovable; también hay que protegerla del clima que nos derrite.
Italia no va montado en burro, va montado en caracol. Tiene energía verde, sí, pero está atascado en la burocracia, los costos y el clima que no perdona. El futuro limpio no se construye solo con voluntad política en papeles; requiere velocidad, inversión y visión. Si no aceleran, llegarán tarde... y sin energía que valga la pena.
etiquetas: Tecnología

International Report Autor
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